La flauta es el instrumento musical más antiguo y más generalizado. Investigadores descubrieron en el 2009 en una cueva del sur de Alemania una flauta hecha de huesos de aves y marfil de mamut, que por medio de distintas pruebas determinaron que el instrumento data entre 42 y 43 mil años de antigüedad.1
Le dieron los romanos los nombres de tibia, fístula y cálamus porque solía hacerse del hueso llamado tibia o de una caña vegetal o metálica. Se han hallado en antiguas ruinas no pocas de estas flautas griegas y romanas de hueso y de bronce como son de ver en las colecciones de los Museos Británico de Londres y Nacional de Nápoles.
Se encuentran a menudo en las excavaciones de ciudades romanas unos cilindritos huecos de sección de tibia con un orificio lateral a manera de flauta reducida que parece debieron servir de silbatos. Más antiguas que todas ellas son, sin duda, las flautas egipcias de caña y de hueso y de sencillas formas que guarda el mencionado museo de Londres entre otros.
La flauta del dios Pan o syrinx que consta de una serie de tubitos yuxtapuestos y de magnitud decreciente se halla dibujada en antiguos relieves griegos y en pinturas romanas con idéntica forma a la que hoy tiene.
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