Ludwig Van Beethoven
Sus éxitos como improvisador y pianista eran notables, y su carrera como compositor parecía asegurada económicamente con su trabajo de virtuoso. Porque, entretanto, el joven Beethoven componía infatigablemente: fue éste, de 1793 a 1802, su período clasicista, bajo la benéfica influencia de la obra de Haydn y de Mozart, en el que dio a luz sus primeros conciertos para piano, las cinco primeras sonatas para violín y las dos para violoncelo, varios tríos y cuartetos para cuerda, el liedAdelaide y su primera sinfonía, entre otras composiciones de esta época. Su clasicismo no ocultaba, sin embargo, una inequívoca personalidad que se ponía de manifiesto en el clima melancólico, casi doloroso, de sus movimientos lento y adagio, reveladores de una fuerza moral y psíquica que se manifestaba por vez primera en las composiciones musicales del siglo.
Wolfgang
Amadeus Mozart
Es indudable que la música de Mozart ha
llevado a que se lo considere un iluminado musical. Mucho se ha hablado también
de un supuesto "efecto Mozart". Sus composiciones acumulan la
significativa cantidad de más de 600 composiciones. Entre ellas se destacan 41
sinfonías, dos sinfonías concertantes, 31 serenatas, 25 conciertos para piano,
seis conciertos para violín y cuatro conciertos para trompa. También se deben
mencionar varios cuartetos y quintetos de cuerdas, numerosas sonatas para piano
y para violín y piano.
Johan Sebastian Bach
Bach fue uno de esos raros compositores cuyo genio no se
puede sumarizar, aún aproximadamente, de ninguna forma conocida. El fue el
maestro supremo del contrapunto, fuga, composición musical, melodia,
composición de cámara, repertorios para instrumento solo... la lista no tiene
fin. Sus pasiones son sin duda alguna las más grandes composiciones jamás
creadas para un grupo coral y orquesta. Sus trabajos en solo (para violín, y
violoncelo) son de tal belleza y perfección de forma que sus secretos nunca han
sido divulgados totalmente, ni siquiera por virtuosos en esos instrumentos. Sus
composiciones para el teclado - las Variacines de Goldbergy El
Well-Tempered Clavier, entre otras - revelan una insuperada habilidad para
combinar estructuras musicales intrincadas con fuerza espiritual pura; de
hecho, la mayoria de los músicos de primera apuntan hacia la maestría de estas
piezas como su meta última.
El video continuación es el de un muchacho tocando Toccata and fugue:
Antonio Vivaldi
La fama del músico alcanzó la cúspide en el meridiano de su vida con la publicación de sus más importantes colecciones instrumentales, Il cimento dell’armonia e dell’inventione Op. 8, en la que se incluyen Las cuatro estaciones, y La cetra Op. 9. Pero a fines de la década de 1730 el público veneciano empezó a mostrar menor interés por su música, por lo que Vivaldi decidió probar fortuna en Viena, donde murió en la más absoluta pobreza un mes después de su llegada. A pesar de este triste final y de un largo período de olvido, la obra de Vivaldi contribuyó a sentar las bases de lo que sería la música de los maestros del clasicismo, sobre todo en Francia, y a consolidar la estructura del concierto solista.
Frédéric Chopin.
En 1826, Chopin se convirtió en un estudiante de tiempo
completo en el Conservatorio Elsner, donde recibió una excelente base en la
teoría, armonía y melodía. Elsner, después de reconocer que el estilo de
Chopin era demasiado original a la fuerza en los patrones tradicionales,
otorgado Chopin la libertad de desarrollar a lo largo de líneas claras de
carácter personal Después
de visitar Berlín, Alemania, donde Chopin fue expuesto a la música de George
Frederick Handel (1685-1759) y Felix Mendelssohn (1809-1847), Chopin volvió a
Varsovia y oído Nicolò Paganini (1782-1840). Chopin reconoció que tendría
que salir de Varsovia para la exposición a otros músicos. Se fue a Viena,
Austria, para tratar de organizar la publicación de varias de sus obras. Después
de un exitoso debut en el Teatro Kärntnerthor el 11 de agosto de 1829, regresó
a su casa sólo para prepararse para una gira de conciertos, esta vez a través
de Alemania e Italia. En Viena, Chopin compuso el Scherzo en si menor y la
Balada en sol menor, así como otros que se manifestaron completamente desarrollado
un estilo personal de Chopin.
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